La sonrisa de la muerte. (The Smile of the death)

La única diferencia entre le estado y una banda criminal es que al primero el pueblo, le da el poder, de aniquilarlo, acallarlo, embrujarlo, despojarlo.
Un estado social de derecho, debe propender por garantizarles a sus miembros, unos mínimos de seguridad, y no solo una supuesta seguridad democrática, sino una infraestructura vial, unos servicios públicos básicos, educación, protección, ayuda, abrigo.

Pero lo que se nota en nuestro país, un estado sin nación, es que esto, está lejos de cumplirse.

Consideremos las múltiples masacres, desapariciones y el ausentismo que muchas regiones viven, por parte del estado, ahí se están violentando de forma profunda los derechos de los ciudadanos colombianos, y en la esfera internacional de los ciudadanos colombianos, la situación, no cambia.

Por ejemplo una argentina de espaldas a los productores agrícolas; una Venezuela donde la oposición es la subversión etiquetada de derechista; una Bolivia con unos terratenientes de ascendencia europea y norteamericana que buscan autonomía para sembrar su imperio de opresión; Birmania con miles de damnificados, sin ayuda suficiente; nos quedaríamos mostrando miles de ejemplos, sobre la sombría mano que el poder cierne sobre nosotros, y es claro que mientras decimos esto, se están atropellando a miles de chinos, sudaneses, kurdos, chechenios y tal infamia no cesará pronto.

Desde que seamos los intestinos de Leviatán, solo tendremos lo peor, en nosotros se experimentarán químicos como el paraquat, o el glifosato, las voraces tendencias neoliberales aplicadas en la educación, y en la salud en donde las EPS solo te hacen una cirugía de vida o muerte, sí el presupuesto no riñe con tus necesidades.

Es claro entonces que a los ciudadanos del mundo nos toca vivir la multiplicidad de estados, que persiguen el control del mayor numero de personas y de territorios, no es solo aquella invención posterior a Grecia y al siglo 15, en la actualidad donde ese estado con su ejercito, su burocracia, su centralización, no opera surgen otras formas de estado, mas artesanales y primarias, donde el derecho positivo, de legislaciones escritas y marchitas, no son válidas, o inexistentes, emerge la ley natural, el asesinato, con metas semanales, la tortura como pedagogía, y la música de las motosierras y los rifles de asalto son las canciones de cuna de los mas pequeños, y las melodías que acompañan las faenas laborales de los mas grandes, un cuadro que deja ver y sentir por todos lados la sonrisa de la muerte.