Amanecía hace un poco más de dos milenios y con los primeros rayos del alba ya se vislumbraba lo que sería unos de los mayores casos de testaferrato, contubernios y actos vandálicos, mezclando diversos rituales y personajes de diversas latitudes, persas, babilónicos, egipcios, entre otros, generó una verdad velada y atrincherada en el mecenazgo del poder imperial y luego feudal.
Cuando estaba en su cenit, como es normal en toda institución, recreó la división social del trabajo, es decir un pasado de dominación, coronó y contrario monarcas de la mafia, desapareció a los testigos con su justicia privada, recibió y administró territorios por los que luego se enfrentaría en empresas de conquista de magnitudes más que respetables y en defensa de sus intereses económicos, construyo rascacielos, verdaderas obras de infraestructura, concentró como ahora la información en sus centrales de inteligencia, lavo dineros de la mafia siciliana para otras trasnacionales como ella, se re- transformo desde dentro con una reforma y una contrarreforma, contrato a los mejores publicistas de esa época los pintores y los escultores, bendijo actos de esclavitud, xenofobia y pillajes, como bien lo sabía hacer en su mercado negro.
Para llegar de nuevo a los clientes que había desilusionado, creó otro departamento de mercadeo, bajando de status, llamado como otros buenos proyectos, la teología de la liberación, se disculpó por los errores que sus sicarios habían perpetrado en toda su historia, y hasta reconoció la posibilidad de vida extraterrestre, sin embargo ve como sus compradores se pasan a las otras tiendas, asistiendo con esto AL OCASO DEL CRISTIANISMO.