Se perdería la cuenta de las centurias en que los hombres, han deseado enseñorearse de territorios y de los hombres que allí habitan, sin lugar a dudas la religión ha sido uno de los sistemas mas potentes para lograr esta difícil tarea.
Lo paradójico de esta estructura mental y simbólica, es que la religión a construido una arquitectura basada en la dualidad, donde la exclusión y la opresión duermen juntas y se levantan separadas del bienestar y la inclusión; lo mejor para esto es crear una serie de ideologías que se debaten entre si, y en las que todas ponen a su representante legal e ilegitimo como garante de sus actos, sean vandálicos o benefactores.
Lo paradójico de esta estructura mental y simbólica, es que la religión a construido una arquitectura basada en la dualidad, donde la exclusión y la opresión duermen juntas y se levantan separadas del bienestar y la inclusión; lo mejor para esto es crear una serie de ideologías que se debaten entre si, y en las que todas ponen a su representante legal e ilegitimo como garante de sus actos, sean vandálicos o benefactores.
Este rey que habita no sabemos donde, es Dios.
Sea cual fuere el nombre que las distintas culturas le otorgan, este se configura como un Dios castigador, que ofrece salvación solo a aquellos que respeten sus designios, o dicho de otra forma, los mandatos que esas culturas con sus oráculos, sacerdotes, chamanes, brujos o profetas consideran que son los correctos, para el resto solo queda desolación e infortunio.
En nuestras sociedades se nota una crisis de principios, que hacen que la idea de un Dios para todos sea difícil de creer, pues son los hombres los que han divido esas creencias con moralismos amañados y alienantes, por eso vemos ha muchos marchando de una cultura religiosa a otra, tratando de hallar una idea, que solo puede concebirse sin la mediación de otros.
Dejando abierta la discusión ante un tema tan espinoso, es posible considerar que un Dios sin poder, no existe, pues la experiencia nos ha enfrentado ante todo tipo de hechos, donde ese Dios ha sido terrateniente, juez, héroe, mártir proxeneta, guerrero, perseguido, tirano, salvador… entre otras, pero es claro que los únicos que han protagonizado esas escenas son los hombres que justifican sus mentiras y supersticiones en un Dios propio, una deidad que nos abandona a nuestra suerte que no es amigo, solo un vendedor de rituales insulsos, que procrea desesperanza y aborta expósitos que ignoran sus códigos, que lo dejan ver en la única cara que le conocemos, como Un dios Asocial.
son muchas las cosas con las que simplemente convivimos, siendo conformistas con la violencia y la injusticia, callando lo que aplasta y destripa a la sociedad...
ResponderEliminarBuen block.
aquellos que buscan respuestas en la religion tal vez no son capaces de filosofar y usar la razon, para mi ese es el camino al bien, usar la reminiscencia para obtener sabiduria
ResponderEliminarpor cierto, gran cancion!